sábado, 31 de agosto de 2013

UNIVERSOS



Hay mas de un universo, es mas, hay tantos universos como personas en el planeta o tal vez debería contar a los animalitos, así no se enojan los ambientalistas chetos, hay también universos dentro de universos y hay universos que no entran dentro de otros, universos chicos, universos grandes, universos egoístas, universos solidarios,  en grupo y solitarios y hasta podría haber más de un universo por cada persona, en este caso Argentinos, estos universos se acomodan de acuerdo a las circunstancias y estas (las circunstancias) hacen de los universos, la exposición más fiel de nuestros valores, o el cambio de posición de los mismos, y como para que los de universo pequeño entiendan voy a citar ejemplos simples, tal el caso de cierta persona que a pesar de ser una buena persona su universo es pequeño, lo bautizo como don Genérico,  y así es como don Genérico quien tiene un buen sueldo, tan bueno que es víctima de la política económica que “injustamente” le toca tributar el impuesto al salario o a las ganancias, y por eso expresa un malestar que parece pertenecer al “sentido común” del grupo al que don Genérico pareciese pertenecer lo que da cierta legitimidad al pensamiento negativo respecto de tal impuesto, pero resulta que a don Genérico lo conozco desde antes de pertenecer al grupo referenciado anteriormente, cuando su universo parecía más amplio, abarcaba más espacio, incluso hasta se percibía una cosmovisión que cubría a mucha gente que estaba excluida de “pertenecer” ¿A dónde? Y, por ejemplo al “grupo” dueño de ese “sentido común” , es increíble como el progreso económico nos agranda por un lado y nos achica por el otro, y es así como don Genérico expresaba su malestar y exponía argumentos donde se podía inferir que no podía crecer, que estaba estancado y que algo hay que hacer para cambiar esto, donde vamos a ir a parar y la mar en coche, pero 10 minutos después me muestra la foto de un modelo de auto que se pensaba comprar (la foto en el teléfono, bajada de internet) creía se le iba a poner cuesta arriba porque está pagando las tarjetas con las cuales afronto un gasto en materiales de construcción para la construcción del quincho que hizo detrás de la casa que había adquirido por sorteo en un plan federal a través del sindicato, que también estaba pagando, y encima había demora en la entrega, ¿Qué no están fabricando? Siii si están vendiendo a pasto, este mes batieron un nuevo record. Como ya habíamos hablado de política antes, no quise decirle lo que pensaba y me guardé el comentario, le iba a hablar de los universos, de los valores y de las inconsecuencias, pero en vez de eso vine a casa y escribí algunas cosas inspirado en alguien que escuchaba mi padre en su juventud, alguien cuyo universo era grande, solidario, consecuente y hermoso, un tal Mordisquito

Yo

miércoles, 21 de agosto de 2013

“No recordaba la cara de mi madre”

Al mediodía declaró Ruth, hija de Alicia Partnoy y Carlos Sanabria, como testigo de la represión contra su familia que comenzó cuando tenía dieciocho meses de edad. Lo hizo por videoconferencia desde la embajada argentina en Washington en el juicio contra siete genocidas del V cuerpo de Ejército imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos en Bahía Blanca durante el terrorismo de Estado.
“La peor sensación fue no poder reconocer a mi madre, no recordaba su cara. Ella había sido torturada en el campo de concentración, eso es un gran trauma. No tenía comunicación porque los guardias no permitían que esas cartas llegaran, mi mamá me escribía cuentitos pero nunca me llegaron. Quería que yo tuviera buena moral y fuerza. Trataban de criminalizar el amor entre madre e hija. Estaba visible la marca de las lágrimas en esas cartas”, dijo la testigo un poco en español y otro tanto en inglés.
La intérprete que la asistió tradujo: “Tengo una foto de mi primer cumpleaños, mi madre lucía enferma y mi padre no podía sonreír, es la única foto en que estamos los tres juntos. Yo sabía que ellos sabían que sus vidas corrían peligro y era una cuestión de tiempo para que ellos fueran arrestados”. Ruth corrigió el término: “Secuestrados. O desaparecidos”.
También brindaron testimonio durante la mañana los hermanos y militantes de la Juventud Universitaria Peronista Enrique y Eduardo Macchi, detenidos en Bolívar y trasladados a La Escuelita; y Juan Ángel Arrieta y Antonio Zoccali por los secuestros de alumnos de la ENET 1. Por la tarde, aportaron poco desde la Cámara Federal platense el ex policía Sergio Laluk -interrogado sobre su vínculo con un oficial Fidalgo- y el médico policial Alberto Vitali sobre falsos enfrentamientos en la capital provincial. Este miércoles desde las 9 continúan las declaraciones en Colón 80.
Ruth Sanabria vive en Estados Unidos desde el 23 de enero de 1979 cuando su abuela la llevó a un aeropuerto luego de una visita a la cárcel donde la dictadura continuaba el cautiverio y las torturas contra su madre Alicia Partnoy.
“Un soldado me sacó de los brazos de mi abuela y me llevó a ver a mi mamá, subí a un avión a Estados Unidos. Por segunda vez me destruyeron mi familia, me sacaron de mi país y mi idioma. Mi abuela me decía ‘Tenés que acompañar a tu mamá’. Pero yo a ella no la conocía, era una persona extraña, si bien era mi madre. Eso lo hicieron a propósito, destruyeron la relación con mi madre”, declaró.
El 12 de enero de 1977 Ruth jugaba en el pasillo de su casa en Canadá 240 cuando escuchó golpes fuertes y vio algo brillante, como un metal. “Mi mamá me levanta y me lleva a la cama, yo estaba gritando y mi mamá gritaba muy alto. Escucho los gritos de los soldados y siento que se va mi madre, veo ojos, no reconozco, siento la separación de mi madre. Estoy sola”.
Alguien la dejó con una vecina hasta que la encontró su abuela Raquel. “Mi mamá me cuenta que si no hubiéramos vivido cerca de mis abuelos yo hoy sería una hija desaparecida. (…) Siento que me robaron el derecho a vivir en mi país, sin temor a la muerte y la desaparición, a mi idioma, me dejaron tantas heridas sicológicas que impactan todos los días”.
Comenzó a vivir con sus abuelxs con mucho temor, oscuridad, persianas cerradas y silencio en la casa. Acompañaba a su abuela cuando buscaban a Alicia en “muchas oficinas oficiales” donde rogaban por noticias. Recuerda el odio con que la trataban a Raquel y el esfuerzo que hacía por no dejar caer el ánimo. “Yo no entendía qué estaba pasando”.
“No podía decir quién era ni nada de mi mamá ni de mi papá. Perdí mi identidad, habían secuestrado a mi tío Coco, a Gustavo, mi tío segundo, y podían venir por nosotros. Yo buscaba a mi mamá, andaba por la casa buscando en los gabinetes de la cocina, creía que la había escondido yo misma y no me acordaba dónde. Mi único amigo era mi tío Daniel de 19 años”, contó.
Un policía que apareciera en los dibujitos animados o un ruido alto era suficiente para producirle ataques de pánico. “José Partnoy era uno de mis amigos. Yo siempre estaba sola en mi pieza, me comportaba muy bien pero él sabía que estaba traumatizada. Tengo una memoria muy clara haciéndome preguntas que yo no respondía, sentía que ni a mi propia familia podía decir, que tenía que ser muy madura y aguantar todo”.
No la llevaban al parque por temor aunque su abuelo Carlos le permitía jugar en el jardín y sentirse libre, conectarse con la naturaleza. “Un día apareció un pájaro, un cardenal, mi abuelo me dijo que eso significaba que mi mamá estaba bien”.
Dijo que en ese entonces no se jugaba, que sus abuelos peleaban porque se sentían culpables por no encontrar a su hija y su tío empezó a sentir crisis, miedos, paranoia.
Luego se enteraron que Alicia estaba en Devoto y su padre -Carlos Sanabria- en Rawson. Hacían colas por horas para las visitas. Las maltrataban. Un guardia hacía sentir criminal a Ruth, “me chequeaba, quería ver si tenía algo en mi cuerpo o en mi bombacha para mi mamá. Tenía tres o cuatro años, era violencia. Ese sentimiento existía en mi propia familia”.
Una vez se encontró con familiares de su papá y su tía abuela, que pensaba que eran subversivos, la castigó: “Comenzó a gritarme, acusaciones infundadas y horribles, no entendía porqué lo hacía. Mis primos estaban confundidos. Me castigó y me puso en un gallinero, trataba de darme alguna lección. Cuando mi abuela regresó se puso histérica. Tenía que ver con lo que era yo, que nosotros éramos malos, que no merecíamos vivir. Me aislaron desde esa parte de la familia”.
Con cinco años recomenzó su vida por tercera vez en el exilio. “Cuando llegamos a Estados Unidos mi padre nos estaba esperando, lo habían liberado en octubre, había periodistas de distintos medios. Mi madre y yo bajamos del avión, había muchos flashes, se hizo famoso el caso porque era una familia reunificada. Había muchos refugiados que fueron mi familia, Marta Ramos y Pablo González eran mis nuevos tíos”.
“Uno de los aspectos más difíciles del exilio es ser testigo de los traumas sicológicos. El matrimonio de mis padres se destruyó, mi mamá se enamoró de Antonio Leiva, quedé con mi padre seis meses”, aseguró.
Finalmente destacó que su mamá “nunca paró de luchar, se puso a hacer trabajo político, a dar testimonio, había interés en lo que pasaba con el Plan Cóndor, en Argentina y Chile, fue la misión de su vida” y agradeció a los fiscales y a la gente de Bahía Blanca que lucha por la justicia.
De Bolívar a La Escuelita
Las primeras declaraciones del martes fueron las de los hermanos Enrique y Eduardo Macchi, militantes de la Juventud Universitaria Peronista secuestrados en Bolívar y trasladados a La Escuelita de Bahía Blanca. Antes de llegar al centro clandestino del V Cuerpo de Ejército estuvieron detenidos ilegalmente por unos diez días en la comisaría de su pueblo donde fueron visitados por un cura.
Enrique, estudiante de ingeniería en su juventud, contó por videoconferencia desde Mendoza que en Bahía fue interrogado una vez “sin tortura física” y compartió cautiverio con unas diez personas. Recordó que una de ellas era Zulma o Graciela Izurieta y no pudo asegurar si su compañera de militancia estaba “gordita o embarazada”. En otro lugar de la casa firmó una declaración con los ojos vendados. Luego de su liberación fue convocado al servicio militar.
Su hermano fue capturado en su lugar de trabajo por policías de Pehuajó el 2 de enero de 1977 y contó que ambos fueron liberados el 25 de enero en la Ruta 33. Los represores los bajaron de una camioneta y les ordenaron esperar cinco minutos y caminar en sentido contrario a Bahía Blanca. Así llegaron a Tornquist desde donde pudieron comunicarse con sus padres.
En La Escuelita uno de los detenidos le pidió que al salir avise a sus padres aunque no pudo recordar su nombre. Sí mencionó a Zulma Izurieta a quien reconoció por la voz. Durante la tortura le pedían nombres de otros militantes. Eduardo recordó su militancia en una unidad básica del peronismo y su trato con el padre tercermundista Pepe Zamorano de Villa Nocito.
Sobre los pibes de la ENET
Juan Ángel Arrieta concurría a la escuela nocturna y compartía banco con Sergio Voitzuk, uno de los estudiantes de la ENET 1 secuestrados y torturados en La Escuelita, y relató cómo los militares durante la dictadura ingresaban a la escuela y los ponían con las manos en la nuca buscando activistas.
Mientras los represores ponían en fila a los alumnos con las manos en la nuca las autoridades del colegio “estaban ausentes”. La sentencia del tribunal oral en el primer debate oral ordenó comenzar una investigación contra el director de la ENET 1, Héctor Eusebio Herrero, porque los testimonios “permiten presuntamente inferir una conducta suspicaz y dudosa (…) en oportunidad del arbitrario accionar del Ejército al secuestrar a ciertos alumnos y al profesor Villalba, extremos que nos permiten inferir, apoyados en un principio de fundada sospecha y con el grado de probabilidad suficiente, la presunta intervención del sr. Herrero en dichos hechos”.
El testigo desconoció qué actitud tuvo en ese contexto el director del colegio ni supo si hicieron alguna diligencia. El papel de Herrero “fue pobre como el de muchos seguramente o estaba de acuerdo”. A los alumnos no les explicaron nada respecto de las intervenciones militares y los secuestros de integrantes de la comunidad educativa. Cuando le preguntaron si los padres no hicieron ningún planteo a la institución respondió que “era la época del no te metás”.
“Mi compañero de banco Sergio Voitzuk fue secuestrado, lo vi cuando salió y me contó lo que le había pasado. Tenía marcas. Nuestros padres nos decían que no había que meterse, Sergio estaba en el centro de estudiantes, mi familia se sorprendió y mis padres pensaron en llevarme al campo. Sergio me contó que lo sacaron de la casa a la madrugada, estaba con los ojos vendados, lo torturaron, lo colgaban de una cadena, lo metieron en un tambor con agua, lo picanearon. Hubo otros compañeros y profesores, algunos desaparecidos”.
Arrieta conocía al capitán Ibarra del Club de Equitación donde “era común que hubiera militares, a veces de civil pero mayormente con ropa militar, iba con soldados y su esposa y sus hijos”.
Sobre el mismo grupo de casos de la ENET, Antonio Zoccali testimonió que en diciembre del ’76 se encontraba en su casa con su esposa y sus hijos cuando apareció una camioneta del Ejército con varios oficiales armados que preguntaron por Renato -de 16 años- y lo secuestraron. Dentro de la vivienda había soldados por todos lados que habían entrado por el techo.
Durante la búsqueda, Zoccali escuchó que un grupo de jóvenes habían sido encontrados deambulando por el cementerio y que una patrulla del Ejército los había levantado. Por su trabajo en Entel Antonio conocía al “coronel Mancini” que confirmó que entre ellos estaba Renato y que habían sido llevados al Batallón de Comunicaciones.
Cuando lo vieron estaba irreconocible por las marcas de la picana. “Destruyeron muchas familias como nos pasó a nosotros, mi mujer al poco tiempo tuvo un tumor en la cabeza de tantos golpes que se había dado contra la pared. Mi hijo no quería hablar con nadie, estaba destrozado, nunca nadie se hizo cargo de lo que había pasado, nunca supe quiénes fueron los autores”.
Cuando preguntó en la escuela no sabían nada aunque relacionaban los secuestros con algunos “desmanes” que había habido días antes. Había otros padres en su misma situación pero no sabían porqué se habían llevado a sus hijos. Tampoco tuvieron respuesta en la iglesia Católica: “Había un capellán que decía que rezáramos pero no hizo nada”.

sábado, 17 de agosto de 2013

chiche chuqui Duhalde

pensar que lo dijo Chiche Duhalde es un exabrupto es un error: es sólo la verbalización de una construcción en la que la desacreditación de Cristina tiene que ver con que es mujer. recordemos:
a) es una estadista de puta madre, que interviene siempre de maneras brillantes en los foros más importantes del mundo. acá se construye que viaje sólo de shopping
b) todas sus reacciones políticas (hipotéticas, obvio: habría llorado, habría gritado, habría enfurecido) son puramente emocionales y posteriores a los hechos. 
c) preferentemente, Clarín y la Nación construyen una imagen corporal de cristina en la dicotomía (ayúdenme historiadores) medieval de espíritu (lo alto) y cuerpo (lo bajo). entonces, como no hicieron jamás con nadie, Cristina tiene apetitos sexuales desenfrenados (los amores de Cristina es un libro que las editoriales pusieron llenando las vidrieras, la tapa de Noticias es otra), tiene un cuerpo en estado de enfermedad (recordemos el morbo con el planito del cancer y las especulaciones y decepciones cuando no era tal) y todo eso se reduce a los carteles semi analfabetos de los cacerolos (yegua/conhuda/morite).
d) la campaña política pasó muchas veces por poner a la mujer al margen o al sosiego de un hombre. entonces, massa dijo que la mujer (que había insultado a scioli) sabía de lo de la casa, pero que en política mandaba él; de narvaez directamente pone a elegir entre "ella o vos" (ya me reí muchas veces de la torpeza que encierra el slogan), Alfonsín y Stolbizer caminan como un matrimonio de serie de los '80, Pino le pone sosiego a lilita como como un matrimonio de jubilados (callate chiquita que ya hablaste mucho, le dice), a Tundis directamente la mandan a callar, a Michetti no callan del todo porque sería doble lo políticamente incorrecto ( a la condición de mujer hay que sumarle la silla) y porque igual lleva años hablando sin decir nada. reviso y casi no aparecieron mujeres solas encabezando campañas, obvio que menos candidatos con elección diferente, y se callaron significativamente las más verborrágicas (la impresentable Laura Alonso del PRO, por ejemplo, bajó los decibeles, en Victoria Donda solo se enfocaron las tetas y ni Caamaño, con más años de participación que Gianola, salió a pegar unos bifes). hasta Clarín desplazó la centralidad inteligente de Beatriz Sarlo por la bosta publicitaria, hueca y chabacana de Lanata (una intelectual mujer a un lado, in impresentable publicista que se atribuye injustamente la condición de periodista hombre, y que se dio el lujo de carajear a una mina que lo corrigió al aire, en el centro). párrafo aparte, el bajo volumen que tiraron sobre madres y abuelas de plaza de mayo se continuó con Susana trimarco (alguien recuerda cuándo fue la última vez que la entrevistaron)
si se ve en conjunto, y solo por estos pocos ejemplos, el electorado femenino debería volcarse por el FVP nada más que por solidaridad de género. no funciona acá el "tocan a una y nos tocan a todas", sino más bien el "pegáme que me gusta"
es decir, Chiche no es burra, sólo contó por donde pasó el acuerdo de campaña. y aun así Cristina les sigue sacando muchos, pero muchos cuerpos de ventaja. me cansé

transcripto textual de : aca

viernes, 16 de agosto de 2013

Máximas y no tanto

Hoy gracias  a que trabajé anoche, tuve la oportunidad de asistir al acto de mi hijo mas pequeño en conmemoración al padre de la patria Jose de San Martín, la seño preparo una canción que cantaron los niños, muy emotivo, luego nos hizo leer a los papas y mamas algunos consejos que nos pidieron de antemano que hacían referencia a las máximas que escribió el general a su hija Merceditas cuando esta tenía nueve años, esta parte se puso mas emotivas porque los consejos de los papas estaban llenos de las palabras que mas me gustan, solidaridad, respeto a todas las personas, respeto a los mayores, humildad, amor, valores, y algunas frases muy lindas , todos aplaudimos emocionados, salimos sonriendo charlamos un rato afuera de temas que tienen que ver con los chicos y el jardín y esas cosas, en un momento veo a un papa peleándose con un vecino un tanto mayor por un tema de una rayita debajo de la patente de su auto, (no alcancé a verla) por eso este papá le pegaba patadas al auto del vecino en cuestión que le negaba haber sido el quien habría de rayarle el auto, el señor reaccionó y quiso empujarlo para evitar las patadas y se formó un forcejeo, bueno me acerque para separar, y le dije que no es la violencia la que resuelve las cosas y que recién lo había escuchado decirle un consejo a su hijo inculcando valores de respeto y todo eso, a lo que me pareció que devolvió un cambio de actitud y se tranquilizo un poco aunque se justificaba diciendo que solo quería que el vecino arregle con el seguro, para que le solucione el problema de la "rayita" en su auto, Mira flaco si no vas a asumir el riesgo de estacionar el auto y que te lo toquen dejálo en tu casa, pero el respeto que queres que tu hijo practique se lo tenes que demostrar,

Yo

sábado, 3 de agosto de 2013

¿Un modelo equivocado?



     El período simbólicamente denominado "década ganada" puede explicarse a partir de los resultados de un modelo de acumulación con inclusión social que comenzó en 2003 y se extiende hasta nuestros días.
     Ahora bien, el desendeudamiento externo sin antecedentes en el país, que llevó a reducir la deuda externa de un monto equivalente al 138% del PBI al 36,5%, no garantiza la relegitimación electoral del modelo el próximo domingo 11 de agosto.
Tampoco asegura un triunfo en las PASO la cuadruplicación de la inversión en la red de agua potable y cloacas o la construcción de autopistas, mucho menos la pavimentación de 38.500 kilómetros de rutas y la incorporación de 5.000 megavatios de energía eléctrica al consumo nacional motorizado por los cinco millones de nuevos puestos de trabajo. Nada de esto garantiza el voto para el oficialismo de cara a las elecciones primarias del mes entrante.
     Que se hayan creado más de 200.000 empresas en estos diez años tampoco influye en las preferencias del empresariado nacional, y tampoco incide en el índice cuantitativo del sufragio que la pobreza se haya reducido del 47,8% al 6,5% y la indigencia del 20,5% al 1,7%. Sin duda, estos datos no convalidan propuestas electorales de ningún tipo.
     Apenas nomás unas 2.800.000 personas pudieron acceder a un haber jubilatorio a pesar de no haber efectivizado los aportes pertinentes. Es decir que cuando, en 2003, sólo el 61% de los adultos mayores cobraban jubilación, hoy ese universo se extiende al 94,3% del total. De más está decir que esta referencia intrascendente no influye en las próximas elecciones. Ni tan siquiera agregándole un sistema de movilidad jubilatoria, por el cual los aumentos a jubilados ya no dependen de la voluntad de un gobierno, sino que están establecidos por ley de acuerdo a un índice. Ciertamente, la jubilación mínima entre 2003 y hoy se incrementó en un 1.343%, pero en definitiva estos ítems no se trasladan a las conjeturas de ningún analista político, porque no inciden en la masa de electores.
     Los estudiantes y docentes no tienen por qué influir en las próximas elecciones; después de todo, que el presupuesto educativo haya aumentado del 3,64% al 6,47% del PBI en esta década ganada no es tan importante. Los docentes aumentaron su salario tan solo en un 514% y se construyeron pocas escuelas, unas 1.580, algo así como unas 150 por año o una cada dos o tres días. Si fuera tan importante, influiría en las próximas elecciones y el oficialismo repetiría que se construyeron nueve universidades y que se multiplicó por ocho la inversión en educación superior. Mejor hacer sin decir demasiado.
     Estos datos no son tan importantes porque seguramente a la universidad llega solamente la clase media, que por cierto se duplicó en estos diez años ya que cuando en el 2003 era una población de 9,3 millones hoy suma 18,6 millones de argentinos. No hay que ser tan negativos, ya que en esta década se alfabetizaron 230.000 adultos y otros 400.000 culminaron sus estudios primarios y secundarios por el plan Fines. Es decir, no solamente la clase media puede acceder a la universidad, también los adultos que pudieron terminar el secundario, de la misma manera que los chicos que recibieron más de tres millones de netbooks mediante el plan Conectar-Igualdad. Nada de esto incide en las elecciones, si votan o no a partir de los 16 años, nada cambia. Los científicos que volvieron al país gracias al plan Raíces después de que Cavallo los mandara a lavar los platos, tampoco incidirán en el resultado electoral.
     La Asignación Universal por Hijo, cuyas condiciones necesarias para su adquisición contemplan la obligatoriedad de la escolaridad y la vacunación del niño, no será determinante en las próximas elecciones, aun cuando se le aplican las 16 vacunas obligatorias de manera gratuita y se le provee de materiales para que estudie, ya que el Estado entregó más de 67 millones de libros en esta década.
     En materia de derechos civiles, la ley de matrimonio igualitario e identidad de género no determinará cambios en el resultado de los comicios. Mucho menos que el índice de homicidios cada 100.000 habitantes se haya reducido de 9,2 a 5,5 ubicando a la Argentina como el tercer país menos inseguro de Iberoamérica, detrás de Cuba y Chile.
     La proyección discursiva de esta década ganada, en la promesa de que se continuará por el camino hasta aquí recorrido, con arreglo a la orientación ideológica del modelo de acumulación con inclusión social, no redundará en beneficios electorales para el oficialismo.
     En la campaña política para las elecciones legislativas de 2009, los comunicadores del Frente Justicialista para la Victoria apostaron al eslogan "nosotros hacemos", desarrollando una estrategia basada fundamentalmente en los logros del modelo, ni más ni menos que en lo hecho. Cuatro años después, repitiendo la proclama pero modificando la estructura sintáctica, los cerebros de campaña del oficialismo recurren al lema "elegir seguir haciendo".
     A poco de recordar el corolario electoral del 2009, surge una especie de interrogante que hasta el menos avezado de los comunicadores políticos se plantearía y el menos doctrinario de los peronistas intuiría: ¿es posible que Perón se haya equivocado al sentenciar que mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar? Los encuestadores suelen ser iconoclastas y los comunicadores suelen tropezar dos veces con la misma piedra.

     Mario N. Russo es profesor de Ciencias Políticas e integrante del Centro de Estudios y Análisis Político de la Universidad Nacional del Comahue.

enlace aunque parezca mentira: La Nueva Provincia