sábado, 9 de febrero de 2013

Malvinas Argentinas

Desde que los ingleses se habían retirado en 1774 de la isla occidental, España ocupó pacíficamente las Malvinas hasta comienzos de 1811, cuando la junta de Montevideo dispuso el abandono de Puerto Soledad. Durante 9 años nadie ejerció autoridad en esas islas hasta que el 27 de octubre de 1820 llegó a puerto Soledad David Jewet, comandante del corsario Argentino Heroína, y tomó posesión de las tierras en nombre del gobierno de Buenos Aires, de acuerdo a las ordenes impartidas por el gobernador Manuel de Sarratea. Fue entonces cuando se estableció una pequeña colonia Argentina dedicada a la explotación del  abundante ganado lanar de las islas.
A mediados de 1829, el breve gobierno de Lavalle alcanzó a crear la comandancia política y militar de la Soledad y designó a su frente al comerciante franco-alemán Luis Vernet.
Por la zona pasaban constantemente barcos balleneros que hacían estragos con los valiosos ejemplares cetáceos. En octubre de 1829, el gobierno de Viamonte prohibió la captura y pesca de ballenas sin que halla resultados positivos, porque Vernet no tenia barcos ni elementos para hacer cumplir esa reglamentación. En 1831, Rosas dejó sin efecto la prohibición y la reemplazó por un impuesto a los buques pesqueros. Pero los capitanes de los balleneros, viejos lobos de mar, pasaban de largo por Puerto Soledad y no pagaban un centavo.
Ante esa situación que se fue agravando y ante el incremento de la pesca y la caza indiscriminada, Vernet resolvió apresar a tres balleneros de bandera norteamericana que sin permiso estaban cazando pieles de foca.

La alianza anglo-yanqui 

        Los yanquis no se iban a quedar tranquilos y el 28 de diciembre de 1831, el capitán Silas Duncan, de la fragata estadounidense Lexington , desembarcó en Puerto Soledad, atacó sus instalaciones, destrozó la artillería  quemó la pólvora y tomó prisioneros a seis oficiales argentinos.
    José Hernandez, que se ocupó de una serie de artículos de la historia de Malvinas, escribía en su diario:


       A consecuencia de ese apresamiento, el comandante de un buque de guerra norteamericano destruyó la          floreciente colonia de Soledad, y ese hecho injustificable fue precisamente el que indujo a Inglaterra a apoderarse de las Malvinas, consumado ese atentado contra la integridad territorial de la Nación Argentina, cuya soberanía sobre aquellas islas había sido siempre respetada.

El gobierno de Buenos Aires reaccionó enérgicamente y Rosas le pidió al ministro Maza que presentara una protesta formal ante Washington. El consul yanqui Slacum y el encargado de negocios Bayles fueron declarados personas no gratas y expulsaron del país . pero antes de partir los agentes le "avisaron" al ministro ingles que los Estados Unidos solo pretendían permisos de pesca y que las islas estaban desguarnecidas y  muy fáciles de tomar, invitando a los hijos de su graciosa majestad a invadir las islas.
     Ante el grato convite, los británicos se dieron a la tarea de usurpar las islas. El 2 de enero de 1833 se presentó en Malvinas la corbeta inglesa Clio cuyo comandante, el capitán John James Onslow, comunicó en perfecto estilo ingles al gobernador provisorio, Pinedo, que tenía ordenes de izar el pabellón de su graciosa majestad el Rey Guillermo IV y expulsar a las tropas argentinas. Pinedo, viendo que no podía hacer nada, regresó con su gente a Buenos Aires.
          El 15 de enero, el ministro de Relaciones Exteriores de Buenos Aires, Maza reclamó por el atropello ante el ministro ingles, Philip Gore. No hubo por parte de Londres siquiera una flemática respuesta.

La rebelión del gaucho Rivero 

      Cuando Mateo Brisbane, un escocés, antiguo colaborador de Vernet, llegó a Malvinas el 3 de marzo pudo enterarse de las novedades, No lo dudó un instante y decidió ponerse al servicio de los ingleses. Brisbane obtuvo la confianza de los invasores y confirmó a Juan Simón, un francés que trabajaba como capataz desde la época de Vernet, y al despensero de las islas, el irlandés William Dickson. tanto el francés como el irlandés explotaban y maltrataban a los peones, les pagaban con vales, que en el colmo del caradurismo, no eran aceptados en la despensa de Dicson, de mas esta decirlo, única en las islas . Simon, un dechado de bondad, les prohibía faenar ganado. De manera tal que la situación se fue tornando desesperante para los peones . El 26 de agosto de 1833 estalló la rebelión. Al frente se puso el gaucho Rivero. los siguieron dos criollos y cinco indios. En pocas horas terminaron con las vidas de Brisbane, Dickson, Simon y todos los extranjeros, y enarbolaron nuevamente la bandera argentina. Así se mantuvieron por cinco meses, mientras esperaban que Buenos Aires enviara una expedición para ayudarlos que nunca llegó.
Los que si llegaron fueron los ingleses. Fue el 7 de enero de 1834. A bordo de la demasiada explicita fragata Challenger, arribó el teniente Henry Smith para asumir como gobernador británico en las islas. Rivero y sus hombres resisitieron heroicamente durante dos meses, hasta que fueron capturadosel 18 de marzo y enviados a Londres para ser juzgados. El tribunal de Su Majestad no encontró méritos para juzgar a los resistentes y los devolvió a Buenos Aires.
        Pero las islas siguen hasta la fecha en manos de los usurpadores.


fuente: Los mitos de la historia 2 pag. 240 - 243